CANTUESO

EL CANTUESO  (Lavandula Stoechas)

 

Las plantas constituyen un recurso insustituible para la humanidad, intervienen en todas nuestras actividades vitales de mil maneras diferentes y son necesarias para nuestra vida diaria, desde la del hombre de negocios hasta la del ama de casa. En un mundo dominado por el cambio tecnológico, resulta fácil olvidarse de su importancia; por ello, considero conveniente recapacitar para acordarnos de que las plantas  nos alimentan, nos visten, nos limpian, nos embellecen, nos protegen e incluso… nos entretienen.

Uno de estos múltiples casos lo encontramos en nuestro común cantueso.

El uso del cantueso para perfumar el baño o la ropa se remonta a mucho tiempo atrás. Su nombre procede del italiano lavare (lavar), está documentado a partir del siglo XV. Stoechas (alineado en griego) se aplica a la disposición en espiga de las flores. Y como este término lo usaban en las islas Hyeres, en Francia, también llamada Stoechades surgió una confusión entre algunos botánicos. Que traducían Lavandula stoechas por (lavanda de las islas Hyeres).

Los dos o tres pétalos  (a veces cuatro) que vemos coronar las espigas del cantueso no son tales, os explico. Las flores del cantueso son minúsculas  tanto para nosotros como para los mismos insectos y se disponen en las axilas de la espiga. Para solventar este contratiempo la sabiduría de la Madre Naturaleza dispuso unas brácteas estériles cuya función no es otra que la de llamar la atención a sus polinizadores. Estas susodichas brácteas  se iluminan alegremente a contraluz, con lo que constituyen una señal visual muy eficaz para las abejas que obtienen una miel de una calidad excelente. 

En cuanto a las hojas la pilosidad  (pequeños pelillos) de estas es la responsable de su color grisáceo. Las flores del cantueso tienen un aroma ligeramente más denso y alcanforado que la lavanda clásica. Su elevado contenido de alcanfor limita bastante su ingestión, pero se utiliza en traumatología sobre todo en los tratamientos de dolores musculares.

Ornamentalmente hablando se pueden realizar infinidad de adornos aromáticos  como bolsas con flores para los armarios, aguas de colonia ….. Sin ir más lejos Mar se ha especializado en unas especies de botellitas de lavanda hechas con un puñado de espigas y unas cintas de colores que perfuman el cuarto de baño con un suave y agradable olor el cual dura varios meses. En cuanto a historias y tradiciones  nos remontamos a los tiempos de Gubernatis el cual decía que en la Toscana se usaba contra el mal de ojo a los bebés, así como en la región argelina de Kabilia las mujeres atribuyen a esta planta la propiedad de preservarlas de los malos tratos conyugales. Según recoge Ignacio Abella había un canto popular en el cual la invocaban así “Salud oh lavanda, los hombres te han denominado amezzi, Yo te llamo caïd vizir. Pido que mi marido no me pegue más, que no tenga poder alguno sobre mí. En los aromas de Al-Andalus, describen una planta que parece ser Alhucema (otra especie parecida de lavanda). Y se cuenta que los persas la cultivaban y apreciaban mucho y creían que, mirando su flor, el ánimo se alegra y la tristeza se desvanece. Personalmente y teniendo la suerte de poder admirar el cantueso…..

estoy totalmente de acuerdo.

HACEDME EL FAVOR DE SER FELICES    KARRAS.