Entradas

Mostrando entradas de agosto 27, 2016

Pripyat, una ciudad envenenada

Imagen
Pripyat es una ciudad fantasma al norte de Ucrania en la región de Kyev, cercana a la frontera de Bielorrusia, la actual Belarús. ¿Por qué es importante esta ciudad? Muchos no habréis oído hablar de ella, yo misma, buscaba ciudades fantasmales cuando me tope con esta. Pripyat fue fundada en 1970 y servía para acoger a los trabajadores que trabajaban en la central nuclear de Chernobyl, pero fue esa misma central que les daba trabajo, la que el fatídico 26 de abril de 1986, al producirse en Chernobyl un sobrecalentamiento del reactor número 4, esta ciudad sufrió un grave accidente que tuvo como consecuencia la descarga radioactiva 400 veces mayor que la de Hiroshima, teniendo que ser desalojada en menos de tres horas por el ejercito ruso, dejando abandonados a los animales, mascotas y salvándose únicamente las familias que allí residían, aproximadamente unas 50.000 personas. Se dice que durante los primeros tres meses desde el accidente, murieron una treintena de personas a

libros Recomendados. Un soplo de aire El legado de Moorehouse 1 de Jessica Bird

Imagen
Hola,  ¿cómo les  va?  Hoy  les  traigo un libro  romántico   y divertido.  Su autora  es  Jessica  Bird  El seudónimo de Jessica Bird es J.R. Ward. Tenía ocho años cuando escribió su primer relato, diez cuando terminó su primer libro y trece cuando se quedó prendada por las historias sobre gente que se enamoraba perdidamente. Bajo su nombre real, Jessica Bird, escribe novela romántica contemporánea y, bajo el pseudónimo de J.R. Ward, nos sumerge en un apasionante mundo paranormal. Jessica Bird vive actualmente en Kentucky con su marido, su mayor apoyo, y su golden retriever. Tras licenciarse en Derecho, comenzó a trabajar en el departamento de asistencia sanitaria de Boston y ejerció, durante muchos años, como jefa de personal de uno de los principales centros médicos de la nación. Escribir ha sido siempre su gran pasión y lo que más le gusta es estar todo el día con su ordenador, su perro, una buena taza de café y escribir… ¡en zapatillas! ¿Por qué seguían