¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡FELIZ CUMPLEAÑOS CALETTA-MAR!!!!!!!!!!!!!!


Por la calurosa estepa extremeña, polvo, sudor y simpatía, Caletta-mar cabalga.

Eso podría ser el fin de un cantar a nuestra Caletta pero no, de final nada.

Es el principio de un relato.

En realidad es un Rebuzno-relato pero qué queréis, si yo solo sirvo para apedrear gorriones y siempre fallo.

Pero no vamos a hablar de mí, vamos a contar una historia que corre por todos los rincones del planeta.




Las hordas de bárbaros recorrían las poblaciones como si no tuviesen otra cosa que hacer.

Iban a lo suyo, como siempre, arrasar, quemar y robar.

Llegaron una mañana de noviembre a una población muy pequeña de extremadura.

Entraron como si el pueblo fuese suyo pero no arrasaron de momento nada, porque nada había en el pueblo, solo 4 casas y muchos niños alrededor.

El jefe, Oroguz, decidió que no arrasarían nada, que se quedarían unos días en el pueblecito y que se llevarían a los niños después, para venderlos como esclavos.

Los niños, escasos en todas partes, eran muy caros en el mercado negro y ellos lo sabían, así que guardaron sus armas y simplemente metieron a los padres en una de las casas, encerrándolos con la amenaza de quemarla con ellos dentro si no se estaban quietos.

-De todas maneras, la quemaremos cuando nos vayamos-dijo Oroguz.-Ahora no nos interesa se vea el humo que se crearía.

-Qué listo eres jefe-dijo Krerpos, el segundo de la horda de bárbaros.

-Pues sí, por eso soy el jefe-dijo orgulloso Oroguz-Y tú eres un pelota.

-Sí jefe, también sé eso-admitió el segundo.

No se dieron cuenta que una de las personas mayores estaba fuera, escondida cerca de ellos.

Era la Álude del poblado, una especie de líder.

Caletta-mar, que así se llamaba la Álude, no estaba dispuesta a perder a ningún niño y mucho menos a que quemasen a los suyos.

De joven había sido bárbara pero se civilizó al casarse y comprendió que el camino bárbaro no era el mejor que alguien pudiera llevar.

Caletta-mar, sin que se diesen cuenta los bárbaros, llegó donde estaban haciendo el guiso y echó una gran cantidad de semillas de lino y alóe vera licuada. Pero no probó el guiso.
Volvió a esconderse.

Llegó la hora de comer y todos los bárbaros empezaron su ritual, es decir, metían la cabeza en la olla y comían así por turnos.

-Está muy rico hoy el conejo-dijo Oroguz al bárbaro cocinero.

-Si no es conejo, jefe. Hace meses que no conseguimos cazar ninguno-dijo el cocinero.

-Ya, si era por decir algo. Pero bueno, las patatas están buenas hoy-concedió.

-Sí, la verdad es que nunca me salieron tan ricas-admitió el cocinero.

-Recuérdame te suba la paga.

-Si tú nunca pagas nada-dijo el pobre cocinero.

-Bueno, pero es la intención lo que cuenta.

El cocinero pensaba en la cara que tenía su jefe cuando le dió un gran retortijón, se excusó y salió corriendo hacia detrás de unos zarzales, no le importó rozarse el trasero con ellos pero tenía apretón.

El segundo se estaba riendo del cocinero cuando el dió otro apretón a él y salió corriendo hacia otros zarzales.

Poco a poco, todo el entramado bárbaro estaban diseminados por los zarzales con sucesivos apretones de barriga.

Volvían como podían al poblado pero tenían que partir de nuevo a los zarzales.

Tras varias horas así, acabaron débiles y extenuados y sin más fuerzas que tumbarse en el suelo, casi inconscientes.

Caletta-mar sonreía mientras les quitaba las posesiones para devolverlas luego a quien las reclamase y les ataba las manos mientras les daba una mezcla de hierbas para quitarles los retortijones de estómago.

La verdad es que si los bárbaros se hubieran dado cuenta de que la gente, al encerrarlos, no tenían cara de preocupados y que los niños los sonreían mirándoles con cara de pena, se habrían marchado del pueblo sin mirar atrás.

Pero no, no temieron nada de un pequeño pueblo lleno prácticamente de niños.

Cuando los Alguaciles del reino de extremadura vinieron a por ellos también sonreían.

-Veo que no te aburres nunca, Álude-dijo uno de los Alguaciles del reino.

-Psché, psché. Ya los bárbaros no son lo que eran, me dan poco trabajo-dijo Caletta-mar tímidamente.

Los Alguaciles se marcharon con los bárbaros para ser enjuiciados y Caletta-mar se dirigió a su gente.

Bueno, se iba a dirigir pero se paralizó al ver que Vainista, la niña más pequeña de poblado, portaba una gran tarta entre sus manos.

Todos sonreían a Caletta-mar y con esa sonrisa dijeron todos al unísono...

FELIZ CUMPLEAÑOS Caletta-mar.



Eso dijeron y esto mismo te decimos desde Acompáñame.

FELIZ CUMPLEAÑOS Caletta-mar y que estamos encantados de que, desde que formamos esto, hayas estado con nosotros, aportando siempre lo que puedes al blog.

Un abrazo de tus compañeros de viaje.

Chats, sonrisas y simpatía, Caletta-mar, una cara risueña ahora saca.

Comentarios

  1. muchas felicidadessssssssss Calettaaaaaaa guapa.

    besitos.Amelia.

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  2. Felicidades Caletitaaaaaaa, lamento la foto pero es que no doy pa más con el fotosop, jejeje.

    ResponderEliminar

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