Tu partida no es un adiós (Dedicado a nuestra compañera María Esther Borrero, Anescris)

Tu partida no es un adiós, pero hace tan solo unas horas que nos enteramos de la noticia y esta, tu casa, tenía que dedicarte unas palabras.

Por allí arriba estarás con Karras y también con Laura, los dos eran grandes bloggeros y grandes personas, como tú. Vamos a poder recordarte por aquí, con tus escritos, tu positividad, la forma en la que siempre hablabas de tu hija y lo feliz que estabas en tu grupo del aquelarre. Siempre vamos a recordarte.

Creo que hoy, todas los compañeros que hemos estado junto a ti en este blog y otros muchos bloggeros que te conocían, han soltado lágrimas al saber que has partido, pero de nuevo, tu partida no es un adiós, siempre estarás con nosotros y qué mejor manera que recordarte que haciendo algo bello para ti, sé que te gustaban nuestros escritos, nos leías, y estabas con nosotros.

"Había una vez una mujercita dicharachera y muy feliz, siempre sonriente y parlanchina, pero sobre todo extremadamente ocupada. Le encantaba cuidar del campo y sus animales, leer, estar con los amores de su vida, su hija y su hermano, también su esposo y su familia, le gustaba también contarnos historias, hasta narrarlas. Lo que ella no sabía, es que aunque a veces se disfrazara de brujita para hacer teatro, ella escondía un secreto oculto, y es que, no era una brujita normal, era una brujita con estrella.

Hacía bastante tiempo que había bajado de allí arriba, del cielo, para estar entre los mortales, pero era imposible que fuera una simple mortal, puesto que, su positividad y su alegría siempre se traspasaban a los demás. Estamos convencidos de que las estrellas bajan de arriba con una misión, aunque joven cumpliste la tuya.

Tú, siempre insistente, pertinaz como pocas e inmisericorde con quien no merecía misericordia, te empeñaste en que un gamberro gruñidor terminase de una vez por todas su Overlastar III pero él, entre unas cosas y otras, lo fue dejando de lado, ya fuese por falta de imaginación, estancamiento, ver que no era capaz de centrarse en hilar y empalmar con lo anterior escrito, por algo fue. También fue por no saber salir del sin pies ni cabeza en el que se estaba convirtiendo el querer mejorar lo primero.

El caso de todos los casos es que tú gruñías y con razón, te gustaron los anteriores dos libros y querías el tercero. En el fondo quería mejorarlos y que el tercero fuese todavía más vibrante, más divertido y explosivo.

Lo malo es que no veía por dónde salir y lo fui dejando de lado, incluso dejé de escribir y tenía algún proyecto más.

Pero, pero, pero, si alguna vez retomo Overlastar, ya sea con ese nombre o con el cambio que le quería dar, ya sea como tercer libro o uno solo incluyendo los tres como si fuese uno, incluso algo más, ese primer libro, esa locura hecha letras, irá para tu familia, dedicado a título póstumo a ti. TE LO DEBO.

Con gran dolor de mi alma, lamento no haber intentado más en terminar el libro pero es que se me lió mucho la cosa e iba fastidiarlo todo.

Firmado: El gruñidor gruñido.