Un día en las carreras. Los Hermanos Marx.
Jejeje, mira que encomendarme a mí la misión de poner alguna película aquí.
En la que te has metido Tamara...
Tenía ganas, muchas ganas de comentar alguna película de los gamberros más gamberros de la filmografía mundial.
Que quienes son.......... Pues Los Hermanos Marx, ¿quién si no?
Y claro, tengo que comentar una película, será la de UN DÍA EN LAS CARRERAS.
De humor ácido, satírico, Los Hermanos Marx pueden gustar, no gustar, ser odiados, amados. Da igual, a mí me gustaban muchos de sus momentos, momentos de diálogo de besugos, de comentarios estúpidos, cierto es pero también dichos y hechos con una gran inteligencia.
"Un día en las carreras" es una de las mejores películas de los Hermanos Marx, junto con "Una noche en la ópera" y "Sopa de ganso". Clara heredera de la primera, contiene todo lo bueno ya probado con éxito en "Una noche en la ópera" y también con algunos de sus vicios. Es la más larga de su filmografía, poseyendo en general un ritmo bastante frenético que decae hacia la mitad, quizás excesivamente alargado en aras del lucimiento del reparto en los números musicales, que resultan excesivamente dilatados.
Cuenta con todos los elementos clave de las películas de los hermanos Marx: diálogos brillantes e irónicos, gags surrealistas, la persecución de Margaret Dumont a Groucho, la historia de amor, el galán que canta (Alan Jones) y las actuaciones soberbias de Chico al piano y Harpo al arpa.
Las escenas más recordadas son la de "al rico helado de tutti-frutti" en la que Chico quiere timar a Groucho dándole el soplo sobre el caballo ganador de la carrera, para lo cual le hace comprar un montón de libros para descifrar la clave escrita en un papel, lógicamente cuando Groucho cuenta con los tomos y la información necesaria y con unos cuantos dólares menos, ya es demasiado tarde para aportar. Otra escena memorable es la del reconocimiento médigo a la Sra. Upjohn, en la que el falso doctor (es veterinario) tiene que inventarse el examen médico a la paciente, comenzado por lavarse las manos para "esterilizarse" y haciendo mover los brazos a la dama de arriba a abajo cual pájaro que va a echar a volar, la escena termina con un desastre de agua, caballos corriendo y gente gritando (la escena sólo la he encontrado en inglés).
Otras partes interesantes son la de la conversación telefónica para comprobar el historial del falso doctor Hackenbush, la pantomima que hacen Harpo y Chico para contarle a este que está en peligro, la escena del cambio de parejas en el baile o cuando empapelan a la rubia malvada de la historia. Destacar también la carrera final (con todos los coches que invaden el hipódromo) y el jubiloso baile de los Hermanos con los negros, bastante subversivo si tenemos en cuenta que era la época de Hitler y los cuatro hermanos judíos aparecen bailando y cantando con la cara tiznada de negro y pasándoselo bomba. Uno de eso negros es Ivy Anderson, vocalista en la orquesta de Duke Ellington que canta "All god's children got rhythm" acompañado por la debutante Dorothy Dandrigde, un descomunal talento truncado tres décadas más tarde por las drogas. El número tuvo tanto éxito que se repitió dos años más tarde en "Una tarde en el circo".
Desde luego, una buenísima ocasión para ver a los tres hermanos en estado de gracia y echarse unas buenas risas, que en estos tiempos que vivimos nunca vienen mal.
En la que te has metido Tamara...
Tenía ganas, muchas ganas de comentar alguna película de los gamberros más gamberros de la filmografía mundial.
Que quienes son.......... Pues Los Hermanos Marx, ¿quién si no?
Y claro, tengo que comentar una película, será la de UN DÍA EN LAS CARRERAS.
De humor ácido, satírico, Los Hermanos Marx pueden gustar, no gustar, ser odiados, amados. Da igual, a mí me gustaban muchos de sus momentos, momentos de diálogo de besugos, de comentarios estúpidos, cierto es pero también dichos y hechos con una gran inteligencia.
"Un día en las carreras" es una de las mejores películas de los Hermanos Marx, junto con "Una noche en la ópera" y "Sopa de ganso". Clara heredera de la primera, contiene todo lo bueno ya probado con éxito en "Una noche en la ópera" y también con algunos de sus vicios. Es la más larga de su filmografía, poseyendo en general un ritmo bastante frenético que decae hacia la mitad, quizás excesivamente alargado en aras del lucimiento del reparto en los números musicales, que resultan excesivamente dilatados.
Cuenta con todos los elementos clave de las películas de los hermanos Marx: diálogos brillantes e irónicos, gags surrealistas, la persecución de Margaret Dumont a Groucho, la historia de amor, el galán que canta (Alan Jones) y las actuaciones soberbias de Chico al piano y Harpo al arpa.
Las escenas más recordadas son la de "al rico helado de tutti-frutti" en la que Chico quiere timar a Groucho dándole el soplo sobre el caballo ganador de la carrera, para lo cual le hace comprar un montón de libros para descifrar la clave escrita en un papel, lógicamente cuando Groucho cuenta con los tomos y la información necesaria y con unos cuantos dólares menos, ya es demasiado tarde para aportar. Otra escena memorable es la del reconocimiento médigo a la Sra. Upjohn, en la que el falso doctor (es veterinario) tiene que inventarse el examen médico a la paciente, comenzado por lavarse las manos para "esterilizarse" y haciendo mover los brazos a la dama de arriba a abajo cual pájaro que va a echar a volar, la escena termina con un desastre de agua, caballos corriendo y gente gritando (la escena sólo la he encontrado en inglés).
Otras partes interesantes son la de la conversación telefónica para comprobar el historial del falso doctor Hackenbush, la pantomima que hacen Harpo y Chico para contarle a este que está en peligro, la escena del cambio de parejas en el baile o cuando empapelan a la rubia malvada de la historia. Destacar también la carrera final (con todos los coches que invaden el hipódromo) y el jubiloso baile de los Hermanos con los negros, bastante subversivo si tenemos en cuenta que era la época de Hitler y los cuatro hermanos judíos aparecen bailando y cantando con la cara tiznada de negro y pasándoselo bomba. Uno de eso negros es Ivy Anderson, vocalista en la orquesta de Duke Ellington que canta "All god's children got rhythm" acompañado por la debutante Dorothy Dandrigde, un descomunal talento truncado tres décadas más tarde por las drogas. El número tuvo tanto éxito que se repitió dos años más tarde en "Una tarde en el circo".
Desde luego, una buenísima ocasión para ver a los tres hermanos en estado de gracia y echarse unas buenas risas, que en estos tiempos que vivimos nunca vienen mal.
A mi es que los hermanos Marx nunca me llamaron la atención, no se mi humor es algo diferente jeje! al igual que con Mr. Bean tampoco es un humorista que me haga gracia, sin embargo a mi marido si que le gusta...
ResponderEliminarGracias por la recomendación guapa.
Bsos
Son tipicamente de diario de besugos pero bueno, creo que tb los admiro más porque cuando no tenía sueño, en vez de ver teletienda a las 3 de la mañana me ponía a estos gamberros, algo se me pegó, espero.
Eliminarmmm yo nunca vi a estos la verdad jejejeje, pero bueno el vídeo no me ha parecido malo, lo de la ampolla peluda jajajajaja. Un besazo.
ResponderEliminarTú es que naciste con el color, no tienes por qué conocer a esta gente.
EliminarSaludetes
jeje me gustan los hermanos Marx.
ResponderEliminarUn beso
Esa es mi vampi :)
Eliminarson buenísimossssssssss!!! mi marido tiene bajadas películas de ellos y las guarda como en oro en paño, hay que decir que son de la decada de los años 20, cuando se hacían las películas mudas, ellos saltaron al éxito porque parte de ellas son sonoras.
ResponderEliminarMuy buen post Daniii, besos.Amelia.