Hay tiempo para todo, pero la edad no es sinónimo de pasotismo, dejadez y vejez, la única manera de que tu te hagas viejo es olvidándote del niño que tienes dentro, por eso, esta semana os dejo de tarea hacer algo de lo que hacías de niño, reíros bajo la lluvia, pisar algún charco, sentaros en un columpio (tampoco romperlo) comer chucherías, ver una serie de dibujos de cuando eras pequeño... enseñarles a tus hijos, nietos, pareja tus fotos de antes, no con nostalgia, sino escuchando o contando anécdotas de las cosas que hacías, porque el pasado, el cumplir años, no es signo de vejez, y no es sinónimo de aburrido, sino de madurez, de mejorar tu vida, de tomar nuevas decisiones, pero sin olvidar, que siempre tenemos un niño dentro del que preocuparnos y al que hay que recordar de vez en cuando para volver a reír como lo hacías antes, con esa inocencia que te caracterizaba y que los golpes de la vida han hecho que olvides. Si te ha gustado esta entrada, te invito a leer otras...
