Regalo para Aglaia Callia, por su gran éxito en Amazon.

Pues sí, nuestra amiga Aglaia Callia, Claudia Cardozo, está teniendo un gran éxito con la publicación de "En busca de un hogar", en Amazon.
Lleva 100 días entre los primeros 100 libros más leídos en esa plataforma.
Eso es todo un exitazo y es para celebrarlo.
Y así lo hacemos.
Desde este blog, amiga Aglaia, te queremos dar la enhorabuena por tu gran éxito y deseamos que sea duradero.

Aquí tienes un regalito por estar el la lista Top Ten de Amazon.

Y claro está, un relatillo.

―       Qué bonito es el número cien —comentaba un carpintero a un guerrero de imponente armadura.

Se decía de él que jamás tuvo piedad con ningún enemigo. También se decía que jamás tuvo amigos. Desde luego, era un guerrero imponente, no se le veía debilidad por ningún lado, el carpintero le tenía un profundo respeto cada vez que le veía. Y más, por lo que significaba eso.

Significaba, ni más ni menos, que el guerrero le iba a encargar otro ataúd.

El número cien.

―       A mí me da igual que sea bonito o feo, es el que toca ahora. Debo finalizar este encargo y lleva incluido el ataúd en él.

―       Veo que eres serio con tus encargos.

―       Lo soy, soy el mejor guerrero a sueldo que existe. No lo dudes, carpintero.

―       Ya veo ya. ¿A quién le toca esta vez?

―       Esta vez tengo un encargo especial, lo que no sé, es a quién tendré que acudir a partir de ahora para encargarle ataúdes.

El carpintero comprendió quién sería el que ocupase el ataúd número cien y también entendió que el cien no era un número tan bonito desde este punto de vista.

El guerrero, incluso parecía un poco triste al desenvainar la espada para atravesar el pecho del carpintero.

―       No te dolerá, tienes suerte de que sea el mejor guerrero de los alrededores.

Ya iba a atravesarle con la espada, cuando de repente, todo se iluminó, todo cambió en la vida del guerrero.

Ella entró.

Claudia.

Por primera vez, el guerrero no cumpliría su palabra ni terminaría su trabajo.

No, si no quería quedarse sin suegro…