Tamara, la domadora de dragones. La liebre Juana. Jijijijiji. FELIZ CUMPLEAÑOSSSSSSSSSSSSSS.
Ah pero…
Tengo que suponer
que no te lo has creído.
Estoy seguro de que
habrás estado esperando por si salía algo más.
Quizás te hayas
cansado de esperar y te hayas dormido sabiendo que no doy para más.
Una de esas cosas
desearía que hubiera pasado.
Imposible será
que mi plan haya salido bien.
Es fácil que no
hayas pegado ojo revisando mi blog o Acompáñame por si te quise timar.
Raro es que me
salgan los planes bien, por eso ni los planeo.
Otra vez será mi
querida profe Tamara, no me sale ningún relato para ti este año, descansa.
Pues sí que tenía FRÍO el escritor ese día pero bueno, como
él no tenía que hacer otra cosa que escribir y su Alter Ego, es decir yo, no
tenía más misión que trolear, pues no había ningún problema, los protagonistas,
las plantas, bichos y cualquier cosa que salga en el relato, harán todo el
trabajo sucio.
AVISO:
Esto es ficción, no se puede abrazar a los protagonistas, ni
comérselos, ni cazarlos ni nada.
QUEDA TERMINANTE PROHIBIDO echarles de comer, hablarles,
enseñarles a decir tacos ni poner la telenovela delante de ellos.
Si no respetas eso, es que no sabes que son PERSONAJES DE
FICCIÓN, creados por la calenturienta mente de alguien rematadamente travieso.
Como travieso era Rufián y más, cuando, esa misma noche,
tras sus travesuras diarias de costumbre, descubrió que él no era como los
demás niños.
No solo por tener bigote pelirrojo a los 10 años, ni
siquiera aunque hubiera sido bigote negro tipo Dalí o similar.
No. No era por eso, esa no era su diferencia.
Él era un brujo.
¿Qué por qué lo sabía?
¿Cómo lo supo Harry Potter? ¿eh? ¿eh?
Espero que me lo digáis porque yo no me acuerdo cómo lo
supo.
El caso es que Rufián lo supo por accidente.
Accidente para el gato, claro está.
Mientras caminaba hacia su casa, apedreando gorriones, como
de costumbre, vio que se le cruzaba un gato negro mientras esquivaba una
escalera. Sí, era un día 13 (me da igual qué era de la semana, para nosotros,
martes y 13 y para otros, pues viernes 13, el caso es estar todos contentos y
ser conscientes de la peligrosidad que tienen esos días).
Sí, reconozco que el gato no debió de bajar del tejado ese
día.
También lo reconoció él sinceramente en el país de los
ratones (muertos).
Rufián, todo pundonor y caballerosidad, deseó que el gato se
convirtiera en ratón y que un ratón se convirtiese en gato siamés de 18 kg por
metro cuadrado.
Ese pedazo ratón, con aspecto de vigilante de seguridad
diferente a los del Carrefour y los del inserso, más bien con aspecto tipo
PORRÚO,
aprovechándose de su nueva personalidad gatuna, decidió vengarse del
gato convertido en ratón.
Y se vengó.
Y Rufián disfrutó y luego se sorprendió.
No por mucho tiempo, estaba ya cerca de su casa.
Su padre le miró, se dio cuenta de la situación y le sentó
en una hamaca tipo redneck del Missisipi o yo qué sé, algo de eso. Si no he
salido de mi pueblo, voy a saber yo de cosas de fuera… Qué atrevida es la
confianza en mi inteligencia y sabiduría, no deberíais contar con eso respecto
a mí.
A lo que íbamos.
Rodolfo Rufián se puso muy serio y se atusó el bigote
pelirrojo tipo Charlie Chaplin.
- -Hijo mío, ya veo que adquiriste el Poder de
Brujo, ese Poder que solo lo tienen las terceras generaciones de nuestra familia
cada 50 años. Sé que lo vas a usar con toda la crueldad posible y que no
tendrás ningún remordimiento. Yo sé que haces bien, que harás bien y te ayudaré
a ser un gran brujo.
- -Psschee. En realidad tampoco es que me haya
hecho falta nunca tener ningún Poder especial para ser el puto amo. En el
colegio nadie me tose sin quedarse sin dientes o con la nariz rota -contestó Rufián
hijo a su padre.
- -Bueno hijo pero un padre es la guía que todo
hijo necesita. Eres mi hijo, que no se te olvide eso nunca.
Rufián hijo se miraba mientras las uñas de
los dedos pensativamente y, como gente pensante que era, tuvo una feliz
ocurrencia. Más que ocurrencia, fue un sueño que tuvo desde su reciente pasado
y más tierna infancia.
Chascó los dedos sin darse la menor
importancia, pensando en sus cosas y su padre se convirtió en Cubo de Rubik.
-
Pues mira por dónde, vas a tener razón. Mataremos
dos pájaros de un tiro:
1.- Ya tengo la independencia.
2.- Siempre quise aprender a resolver un Cubo de
Rubik, gracias a ti, lo conseguiré.
Bueno, también tengo más deseos y
los iré realizando despacito, poquito a poquito, suave suavecito –iba cantando
mientras una dulce somnolencia se apoderaba de él.
Y se acostó.
Y soñó.
Soñó con días y días completos de
travesuras y no tan travesuras.
También pensó en tintarse le
bigote de negro pero luego se lo pensó mejor y se quedaría tal como estaba
ahora.
Pero para todo esto, de días y
días completos, siempre había que empezar por alguno, normalmente con el
siguiente día al que estuviera en vigor.
Y llegó ese día.
Esa mañana, Rufián fue al colegio
como cualquier día, solo que en vez de ir apedreando gorriones, ahora él hacía
que los gorriones apredreasen a la gente.
NO, no os creáis que iban
lanzando piedras con las manos.
LOS GORRIONES NO TIENEN MANOS.
Simplemente, cogían la piedra más
grande que pudieran sujetar con el pico y la soltaban en la cabeza de cualquier
transeúnte.
SÍ, de cualquiera menos de
Rufián, que todo hay que contarlo.
Empezaba a ser uno de los días
más felices de su vida, Independiente, haciendo travesuras sin esfuerzo, y
girando un Cubo de Rubik, ¿qué podía salir mal?
NADA.
Y ese día iba a colar su “travesura”
de sentirse mujer en el cuerpo de un hombre porque, con un chasquear de dedos,
se convirtió en una modosita niña con falda de uniforme, con larga melena
morena, con… Bueno, con todo lo que conlleva ser una niña.
Por fin… Por fin se podría meter
en el W.C. de las niñas y saber por qué tardaban media hora en salir de él.
Por fin descubriría el secreto de
que entrasen de 6 en 6.
Por fin…
Y entró.
Por fin entró en ese lugar
prohibido.
Un segundo después salió.
Volando literalmente, luego se
escuchó la bofetada.
Se suele decir que si escuchas el
sonido del disparo es que estás vivo pero yo no sé si ahora mismo, Rufián
hubiese preferido sentir el disparo en el cuerpo.
La Soraya cuando pegaba, pegaba
gratuitamente, no era cosa baladí que fuese considerada la matona oficial del
colegio.
Ni que fuese medio familiar de “El
Porrúo”.
Salió enfurecida por la puerta
tras el Rufián volante no identificado pero no porque estuviese enfadada
especialmente, ella siempre lo estaba durante las 24 horas del día, 365 días al
año y la voluntad.
- -Tú, Rufián. La próxima vez que te disfraces de
chica para espiarnos, procura quitarte ese asqueroso bigote.
Rufián decidió dar rienda suelta
a su ira y castigar a la única que le daba un poco de miedo, bueno, no tan
poco, en ese colegio. La iba a convertir en masa de pizza para que la
estirasen, amasasen, aplastasen, lanzasen al aire, la horneasen y bueno, lo que
viene tras eso.
Apuntó con su dedo a La Soraya
dispuesto para consumar su venganza cuando sintió un tirón de orejas.
- - Ay Rufián, Rufián, esto que has hecho es muy
grave, tendré que hablar con tu padre.
Era la señorita Tamara.
Rufián la miró mientras retorcía
las capas de su Çubo de Rubik, sonrió.
- -Hola señorita Tamara, resulta que estaba
pensando yo, por pensar algo, que hoy me voy a divertir mucho, mucho.
Chasqueó los dedos y la señorita
Tamara se convirtió en una liebre.
- -Desde hoy, serás la liebre Juana y yo que tú
saldría corriendo porque aquí vienen los galgos.
Chasqueó de nuevo los dedos y
varios niños, incluso La Soraya, se convirtieron en galgos.
Menos mal que la señorita Tamara
anduvo fina en esos momentos de lapsus mientras niños piensan actuar de galgos.
Ella siempre fue muy liebre en su
interior e hizo lo que las liebres hacen casi siempre.
Corrió, corrió como alma que se
lleva el diablo.
Los galgos se miraron un poco,
rascaron un par de pulgas, se estremecieron de frío porque ese día hacía mucho
FRÍO y todos sabemos que los galgos son de lo más friolero que existe… Y
corrieron tras la liebre Juana, ex señorita Tamara.
Si bien es cierto que la liebre Juana
les llevaba una buena ventaja a los galgos frioleros, también es cierto que los
galgos son galgos y, con terreno por delante, suelen tener siempre las de
ganar.
Y más, si al frente va una galga,
ex matona del colegio, con muy mala leche, toda llena de ira y de furia, sin saber
a qué ni a quién.
Rufián sonreía, estaba siendo el
día más feliz de su vida y, mientras, retorcía su Cubo de Rubik sin cesar.
La verdad es que todas las
historias tienen su fin y el fin llegó.
La liebre Juana estaba acorralada
entre una pared y la otra pared de galgos que tenía enfrente. No era su día
ese, no. Y hacía frío, mucho FRÍO.
La galga Soraya se adelantó a los
demás y abrió sus grandes fauces sin saber por qué lo hacía, el caso era
abrirlas y comerse a esa suculenta liebre.
El fin llegó (a su fin, cierto
es).
- -Despierta Tamara, es tu cumpleaños -decía Anteapos
mientras alargaba un gran regalo artísticamente envuelto.
Tamara se desesperezó como ella
solamente sabía hacer, felinamente y sonrió. También sonrió porque no hacía
FRÍO ni estaba siendo acorralada por galgos ni nada parecido, estaba sola, en
su cama y recién despertada por el bueno de Anteapos, ese dragón con apariencia
humana cuando quería.
Sí, había motivos para sonreír. Su
cumpleaños, Anteapos de vuelta y regalitos, muchos regalitos intuía.
De repente sonó el timbre de la
casa.
- -Voy yo mientras te vistes -comentó servicialmente
Anteapos mientras se encaminaba a la puerta.
Al poco rato apareció Tamara, recién
duchada y vestida para enfrentar el día de su cumpleaños de la forma más
ortodoxa posible, siendo sábado para más inri, sin clases y todo el fin de
semana por delante, eso prometía.
Se quedó un poco congelada al ver quién era
el visitante.
-“Puff, qué bigote tiene este niño a sus 10
años. Qué pedazo bigote”.
- -Hola Rufián, ¿qué te trae por aquí?
Rufián sonrió radiantemente, con
esa inocente sonrisa de niño de 10 años, con bigote pero niño de 10 años al fin
y al cabo.
- -Hola señorita Tamara, quise ser el primero en
felicitarte por tu cumpleaños pero me conformo con ser el segundo- y alargó un
paquete regularmente envuelto a su señorita.
- - A ver a ver… Anda, un Cubo de Rubik, siempre
quise aprender a resolverlo pero no tengo ni idea.
Rufián sonrió angelicalmente,
como solamente los niños de 10 años saben hacer, a pesar de tener un bigote que
ya lo hubiera querido para él el mismísimo Pancho Villa.
- -No pasa nada señorita Tamara, yo te enseñaré en
el tiempo libre. Aprenderás rápido, ya verás- dijo pensando que no sería así,
haría que tardase en aprender para así estar más tiempo con su adorada señorita
Tamara.
- - Vale, me parece bien Rufián, pero si luego
resulto ser más rápida que tú, no te enfades- bromeó la seño.
- -No pasa nada, por eso no hay problema. Ahora me
tengo que ir pero quedamos en eso, el Lunes o por ahí empezaremos después de
clase, ya me paso por aquí, cuando termine los deberes, por supuesto…
Y Rufián se marchó.
- - ¿Qué te pasa Anteapos? Te veo muy serio.
- - Nada, detecto alguna especie de plan oculto en
este Rufián.
- - Bah, sospechas siempre de todo el mundo, que el
bigote no te ciegue. Este niño es un angelito, no tiene segundas intenciones
nunca, es altruista, buen alumno y mejor compañero. Los niños son el futuro, no
hay nada malo en ellos.
- -Tú déjales crecer que luego se volverán rebeldes
y querrán ser Independientes, se olvidarán de lo que hiciste por ellos-
contestó Anteapos.
- -¿Me estás diciendo que todos los niños son así
cuando son mayores?- preguntó airada la señorita Tamara, a punto de mosquearse
con Anteapos.
- -Ciertamente, no todos son así, no todos… Pero
venga, que eso no nuble este día, tengamos otro cumpleaños en paz- sonrió
Anteapos como él solo sabía hacer y desarmó a la señorita Tamara como siempre
sucedía y haciendo que se olvidase de comentar el sueño que había tenido.
- -Todo irá bien Anteapos, todo irá bien.
Y mientras tanto se escuchaba a lo lejos…
¡FELIZ CUMPLEAÑOS PROFE TAMARA!
Un año más, aquí me tienes, divagando estas cosas tan raras
que se me ocurren.
No sé si te habré sorprendido al cambiar el formato de la
sorpresa, la verdad es que ni sabía qué iba a salir de esto, empecé a escribir
y mis letras me siguieron, mi Alter Ego andaba por aquí dando la lata, como
siempre, a falta de Musas pelirrojas pero sin siliconar, claro está y todo eso.
Y QUE VENGAN MUCHOS MÁS.
Si se puede, te seguiré haciendo relatos, esta vez casi me pilla el toro, esto es a día de hoy 22/09/2017 a las 23:08, cuando tú estarás pensando qué hago que no te digo nada al Whatsapp, cuando tú me dirás dentro de un rato que con quién estoy ligando y que te tengo abandoná.
No pasa nada, tú ya sabes que, como buen cabeza hueca que soy, no te lo tendré en cuenta, y más viendo que pude terminar mi relato y pensando en si te voy a sorprender o algo.
Ahora me tienes aquí, todo nervioso, pensando en qué estará
pasando el 25 de septiembre a las 00:00 y algunos segundos, cuando estés
leyendo la primera parte del relato y veas que no hay nada más…
Seguiré nervioso pensando en si te creerás que el relato se terminó ahí.
Yo creo que no lo creerás pero dejaré que corra el tiempo y
programaré para mediodía a ver si te pillo dormida, aunque con un ojo abierto,
como buena liebre que eres.
Ya se verá, todo llega, yo ya estoy nervioso.
Ante todo, espero que te guste y que me gruñas.
Luego ya, que venga lo que quiera.
¡FELIZ CUMPLEAÑOS PRINCESITA!
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