Noche en el museo
Divorciado de su mujer, y con un hijo que quiere que le vea como un héroe, Larry comienza a trabajar como guardia de seguridad de un museo, con una peculiaridad que nadie le dijo, y es que, el museo, gracias a una tabla egipcia, cobra vida por la noche dejando que todos los personajes de cera que hay allí retomen sus antiguas costumbres. De esta manera, la noche en el museo de cera se llena de dinosaurios a los que les gusta jugar como a los perros, leones que quieren comerte si pasas por delante de ellos, unos Hunos bastante enfadados con la sociedad y a los que les encanta desmembrar, un mono ladronzuelo, y una preciosa india que rastrea como nadie. La misión del guarda de seguridad, no es más que la de no dejar que nadie salga del museo, porque en caso de que eso ocurra, al amanecer, se convertirán en polvo. Pero no solo los muñecos de cera cobran vida, sino que también los antiguos guardas del museo reciben algún don de la tabla, como el de sentirse más jóvene