El Michelín que nos sobró.

Buenasss.

No, que no soy Toñy Campos tampoco esta vez.
Sí, ya sé que estáis hartos de mí y que estáis pidiendo a grito pelado que vuelva Toñy.

VOLVERÁ.

Pero mientras tanto, vosotros aquí arrestados.

Con arrestados quiero decir a toda la clase de géneros humanos que existan.

Que no os dáis por aludidos, pues no pasa nada, también va por vosotros.
Con vosotros también quiero decir a ellas, ellos, los que no son ellas ni ellos, a los que son todo eso y más cosas, etc que sean capaces de leernos aquí.

No hay más, a todos me refiero cuando hablo, de todos los géneros humanos.

Aclarando esto, aunque no debería ni haber perdido mi tiempo en ello, lo ganaré suplantando a Toñy pero sin suplantarla realmente.

Todos sabemos que comer es muy importante, pero...
No comer también es importante, sobre todo para los que no tienen ganas de comer, claro está.

Comer es un arte y hay que saber cuánto, cómo, cuándo y por qué se come.

Comer a lo tonto, solo por comer pues no, eso no nos vale.
Hay que comer lo justo y necesario, está claro que si comemos más calorías que las que vamos a gastar provocará el "efecto Michelín", si no más tarde, más temprano.
Que hay gente que come como "limas ciegas" y no engorda, pues claro que las hay, también hay otras que dicen que engordan con el aire.

Comerán algo más que aire digo yo porque mi bicicleta siempre está igual de delgada y anda que no le echo aire. También he de decir que tiene las ruedas pinchadas...




Que eso, comed solo lo justo y necesario, si os habéis pasado, quemad calorías caminando, corriendo, haciendo el gamberro, gritando, bailando, etc pero no os quiero ver en lo alto de un camión como a ese señor.




A quemar todo lo que sobre, ¿vale?