Una vez terminadas las escenas de la plaza de toros, nos vamos al hospital de los mineros y usamos su puerta para congregarnos y ver la siguiente parada.
El hospital de los mineros servía para curar a los enfermos por la enfermedad del mercurio, allí, las monjas y los doctores se encargaban de cuidarles, y aunque en esta escena hay una crítica a la Iglesia y a como se comportaban algunas veces no dejando pasar a las visitas al menos que dieran dinero, también hay que pensar que de algo tenían que vivir las pobres monjas, ya que cuidaban de los enfermos que no les daban dinero, sino hubiera sido por ellas, muchos enfermos hubieran muerto, ya que necesitaban baños de calor y cuidados en los que nadie más les ayudaba.
En esta escena se ve como dos mujeres asturianas vienen en busca de su esposo y su hijo al hospital de los mineros pero la madre superiora no les deja pasar porque es la hora de rezar.
Seguidamente llegan con la recaudación que se donaba de los toros y entonces las monjas abren la puerta a esos nuevos visitantes para que pasen al hospital.
Muy interesante
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