La paloma pasajera- Animales Extintos
La paloma pasajera (Ectopistes migratorius), o llamada también paloma migratoria o paloma pasajera,
era una especie de ave, que hoy en día esta extinta, pertenece al orden de las Columbiformes
que es el mismo de palomas y tórtolas. El caso de este animal no es
típico ya que paso de ser el ave más abundante a estar extinguido en un siglo. Se decía que cada vez que pasaban estas
aves se oscurecía de luz y calor.
Paloma disecada, lugar Museo de Ontario (Canada) |
Las palomas migratorias tenían el tamaño y aspecto general comunes
entre sus parientes vivos. El plumaje era azul en cabeza y dorso, rojizo en el
pecho y blanco en el vientre. Los ojos estaban rodeados de plumaje rojizo a
modo de "gafas", y sobre las alas había algunas motas negras. También
eran negras las plumas de los extremos de alas y cola.
Esta especie anidaba en EE.UU pero se iba a invernar al golfo de
México. Los primeros naturista describían las bandadas que lo que hacían eran
oscurecer el cielo y un ruido apreciable. Una vez se registró una bandada de
1,6 km y tardaba en cruzar una zona varios días durante los cuales disminuían
la luz y el calor que recibían sus habitantes.
Cuando estaban en la zona de anidación, el cortejo duraba dos días,
tras aparearse la incubación duraba durante 13 días, y alimentaba a un único polluelo
durante 15 y 17 días. El alimento que recibía el polluelo era de leche de
paloma, alimentos semidigeridos. Así no me extrañaba que los polluelos
crecieran tan rápidos y que en dos semanas ya se independizaran.
La alimentación era muy variada y se producía por igual en los árboles,
arbustos y suelo. Los alimentos ingeridos más frecuentemente eran nueces,
bayas, bellotas, insectos y otros pequeños invertebrados.
Pasó de ser el ave más abundante de Norteamérica a estar extinta. Estas
aves fueron cazadas de forma masiva desde el principio, con el fin de
aprovechar su grasa, plumas y carne, que servía tanto para alimentar personas
como para fabricar piensos para animales domésticos, sobre todo para los
cerdos. Su carne era frecuentemente consumida por las clases más humildes, ya
que era más barata que la de cualquier otro animal. En 1805 en Nueva York un
par de palomas costaba sólo dos centavos. Con la expansión del ferrocarril y la
emigración de colonos hacia el oeste la caza y consumo de la paloma migratoria
aumentó de forma increíble, y muchas personas se convirtieron en cazadores
especializados de estas aves. Los colonos tenían poca simpatía a las palomas
viajeras por su elevado número y porque se interesaban cada vez más por las
semillas que ellos esparcían sobre las grandes superficies de cultivo, por lo
que, finalmente, se organizaron matanzas masivas en las grandes colonias. Ya en
la década de 1850 comenzó a observarse un brusco declive en el número de
individuos, aunque esto no impidió que se siguiera cazando al mismo ritmo. En
1871 su número se cifraba todavía en 136 millones de individuos. En 1885
pudieron observarse los últimos y pequeños reductos de cría.
El declive aumentó a la par que se destruían también los bosques donde
habitaba esta especie para destinarlos a la agricultura. El comportamiento de
cría de estas aves era muy especializado y fue la causa biológica que provocó
su extinción definitiva. En la época de cría, las palomas viajeras se reunían
en grandes colonias y ponían sus nidos tan juntos que muchas veces los árboles
se quebraban bajo su peso. Los lugares de cría dependían de la oferta de
alimentos y se fueron limitando a medida que progresaba la tala de los bosques.
Sin embargo, las parejas incubaban un único huevo en cada periodo de cría, por
lo que la existencia de la especie quedó amenazada cuando la mortalidad de los
padres fue superior al ritmo de cría. A pesar del rápido crecimiento del pollo
de la paloma migratoria, el hecho de que sólo hubiese un huevo por nidada fue
determinante para que la población no pudiese regenerarse a medida que se
mataban más y más ejemplares. Para 1880 la situación ya era irreversible, por
lo que se intentó iniciar algunos programas de cría en cautividad que
fracasaron en todos los casos, probablemente debido a la estrecha dependencia
entre la migración y la reproducción en esta especie, que impedía su cría en
zoológicos. En 1896 se produjo el asalto a la última gran colonia de cría,
matándose 250.000 ejemplares en un solo día que constituían el número total de
los adultos en la zona. Las crías, huevos y nidos fueron abandonados al
bochorno del sol y los depredadores. Curiosamente, las palomas migratorias
cazadas entonces no llegaron nunca al mercado porque el tren que las
transportaba descarriló y sus cuerpos quedaron desparramados y abandonados a su
alrededor.
La última paloma migratoria salvaje de la que se tiene noticia fue
tiroteada por un niño en Ohio, en 1900. Desde entonces no se ha podido probar
ningún avistamiento en la naturaleza. Martha, el último ejemplar mantenido en
cautividad, murió debido a su avanzada edad de 29 años el 1 de septiembre de
1914 en su jaula del zoo de Cincinnati. Fue congelada y enviada inmediatamente
a la Smithsonian Institution, donde se sigue exhibiendo hoy en día su cadáver
disecado.
Durante un tiempo se dio por extintos junto a la paloma migratoria a
sus dos parásitos comunes, los piojos Columbicola extinctus y Campanulotes defectus.
Sin embargo, el primero fue redescubierto después sobre ejemplares de paloma
encinera (Columba fasciata), y el segundo se identificó más tarde como
perteneciente a la especie Campanulotes flavus, que infecta a varias palomas
más. Parece que al menos estos parásitos supieron adaptarse a la desaparición
de su huésped, aunque se ignora si hubo otros que no pudieron hacerlo.
cogido las fotos y datos de la red
Un post très intéressant !
ResponderEliminarTanto que decían de las palomas y resulta que ahora se extinguen, si es que el ser humano es lo peor.
ResponderEliminarYo lo tengo claro que somos un virus y que la extinción del hombre sera por el hombre.
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