El castaño
Revisando nuestras entradas en borradores, encontramos también esta otra entrada de nuestro antiguo compañero Karras no queríamos borrarla, es una falta de respeto ya que todas estas entradas están muy cuidadas y muy bien hechas, así que, hemos buscado unas fotitos para que la acompañen, y las palabras son de Karras.
Castanea
Sativa Miller
Permitidme
presentaros a otro de mis queridos monstruos.
A
este lo conocí por casualidad ya que mi
excursión fue con la intención de encontrar un tejo centenario por las tierras
de León concretamente en Burbia. Claro que encontré el tejo pero me llamó más
la atención la exquisita colección de enormes castaños que me observaban por el
camino.
Si ya se que los hay más grandes,
pero creedme este castaño es de una belleza extraordinaria y no os
podéis imaginar la cantidad de aves que pueden refugiarse en un solo árbol
hasta que no veáis este.
Como
podéis comprobar en el título científico, el nombre castellano procede del
latino “castanea” que a su vez tiene su origen en una ciudad del mismo nombre
en Tesalia, donde hace tiempo fue cultivado. El nombre específico “sativa” significa cultivado.
El
castaño (sobra decirlo) es un árbol majestuoso y corpulento de una altura entre
regular y elevada esto es debido a que presenta dos aspectos: Uno para los
criados en la espesura con tronco limpio y recto y otro para los injertados y
cultivados en espacios más abiertos con tronco grueso, muy ramoso y corto.
Tiene
un crecimiento relativamente rápido, sobre todo al principio, llegando a vivir
mucho tiempo (varios cientos de años) y aunque suele ahuecarse su tronco,
mantiene gran vitalidad varios siglos más.
Se citan castaños milenarios, como
el de los cien caballos situado en el Etna, que según cuenta la tradición,
sirvió de refugio bajo su copa a la reina Juana de Aragón con cien jinetes; en
el siglo XVIII la mata tenía 15 metros de diámetro, y a fines del siglo pasado
solo conservaba unos fragmentos del tronco alcanzando la cepa 53m de
circunferencia.
El castaño ha sido poco utilizado en España como especie
ornamental, creo que injustamente porque si es hermoso con sus hojas verdes y
brillantes no te quiero contar cuando llega el otoño y adquiere esas
tonalidades amarillentas y doradas, el mejor de los joyeros firmaría por que
sus doradas piezas refulgieran tanto.
En una
carretera que conduce a un pueblo de ensueño cerca del mío, cuando subes
en una de sus otoñales tardes parecería que el mismo sol se hubiera instalado
entre sus ramas. Verdaderamente hubo
tiempos en que el que poseía cosecha de castañas se le consideraba hombre
poderoso.
Bueno
vamos con nuestra leyenda a ver que tal
sale:
Estolién,
Señora del Bosque se encontraba sola. A pesar de todos los seres que la
rodeaban ella ansiaba encontrar un amor como el de los humanos. Y así pasó que
encontrándose perdido y maltrecho en el
bosque de castaños un Príncipe de un
lejano reino, fue rescatado por Estolién quien salvó su vida y le colmó de toda
clase de agasajos. Pasado un tiempo y no ajeno a la belleza de su salvadora
sucedió que el Príncipe comenzó a tomar un afecto por esta que pronto se
convirtió en el mas sincero de los amores. Y así transcurrieron los años en
paz. Cierto día llego al corazón del castañar la noticia de que el Rey (padre
de nuestro Príncipe), se encontraba herido de gravedad debido a una cruenta
emboscada.
Él, hijo amante de su padre
pidió permiso a su señora para acudir en su ayuda. Esta a pesar del miedo a que
le sucediera algo terrible accedió a su petición comprendiendo el cariño que le
unía a su progenitor. Vé amado mío y no temas por tu vuelta ya que mi ejército de hadas cubrirán el
bosque al final del estío con el color del oro para evitar que tomes una
dirección equivocada.
Grande fue el sufrimiento de la despedida. Tras un beso y
una promesa partió su amado a un futuro incierto. Y pasó que el Príncipe cayó
en la batalla .Y sin saberlo su amada, las hadas pintaron el bosque del color
del sol para facilitar una vuelta que no
se produjo. Año tras año antes de llegar
las primeras nieves el ejercito de hadas doran los castaños mientras el
corazón de Estolién aguarda un regreso inútil.
Una
tarde-noche a últimos de octubre, Paseábamos
Mar y Yo en las inmediaciones de un pueblo cercano conocido por sus
grandes extensiones de castaños, cuando por el rabillo del ojo creí ver una
hilera de pequeñas luces que desaparecieron tras un centenario tronco de
inmensas proporciones. ¡¡¡ Has visto eso!!! ¡¡¡eran luces amarillas!!! serán
luciérnagas contestó Mar. Si…….. Claro.
Pero………..
¿en perfecta formación?.
HACEDME
EL FAVOR DE SER FELICES KARRAS
Un placer volver a leerte amigo Karras , . contigo se contempla un maravilloso eco ecosistemas del cual tú formas una parte integrante esencial
ResponderEliminarUn abrazo para KARRAS ; a vosotros ¡Gracias por haberlo reproducido!
Saludos cordiales
André
Una entrada muy verde y completa, La leyenda es magnifica.
ResponderEliminarSaludos