LIQUIDAMBAR

LA CALLE DEL COLOR

En el principio de los tiempos, la vida era monocromática. Todo se reducía a una escala de grises. Gris era el cielo, gris la tierra, grises las plantas y lo animales. Todo era de una tristeza sin par.

El cortejo nupcial de los animales era un fracaso ya que los machos no disponían de los vistosos colores que atraen a las hembras. La noche y el día eran difíciles de distinguir  por lo que cualquiera sin saberlo se convertía en nocturno o viceversa. Muchos insectos y animales morían al no encontrar los colores que les indicaran la planta adecuada para su alimentación, otros muchos perecían envenenados por estas.

La Madre Naturaleza, tuvo que tomar una rápida decisión. Así como los más grandes cambios siempre se producen en forma de salto en la evolución, encargó a Esta, la creación del Pájaro Ámbar. Dicha ave poseía toda la gama existente de colores y la capacidad de donarlos en forma de una fina lluvia a modo de sirimiri desprendida a través de las plumas de su cola. Al contacto con este líquido todo adquiría vistosas tonalidades.

Sin demora el Pájaro Ámbar se puso a trabajar tiñiendo la naturaleza día tras día . Y por la noche descansaba….. siempre en el mismo árbol. Como fuera que cada jornada utilizaba un color,  los residuos de su cola se depositaban al final del día en su lugar de descanso. Este árbol fue obsequiado con una gama de preciosos colores y en honor al Pájaro recibió el nombre de Liquidambar (liquido del ámbar).

  

Esta calle de casi dos kilómetros de largo está flanqueada por cuatro filas de unos árboles llamados liquidámbar  y en este caso de la variedad styraciflua. Como podéis observar en las fotos la variedad cromática es extraordinaria y eso que nunca una foto puede igualar la percepción del ojo humano. No obstante estos árboles se engalanan con colores que van del verde claro hasta casi el negro, del amarillo al rojo vivo e incluso de un tímido blanco a un naranja brillante, lo dicho todo un gozo para pintores y poetas. Pero hablemos un poco de él:

Su nombre significa algo así como liquido de ámbar esto es debido que de su corteza se obtiene una especie de resina aromática, y styraciflua quiere decir rico en sustancias.

Vulgarmente se le conoce como Ocozol su tronco es derecho y la copa en ejemplares algo adultos suele ser de forma más o menos piramidal, las ramas suelen tener  unos resaltes suberosos (corchosos) parecidos a alas. Las hojas al principio son pilosas  más tarde los mechoncillos de pelos se retraen hasta las axilas de los nervios. Esto es una de las claves que en los ejemplares jóvenes nos ayudan a distinguirlo del liquidámbar orientalis ya que este (entre otras cosas) no posee ninguna pelusilla. Es muy apreciado ornamentalmente por las razones que  podéis distinguir en las fotos ya que su follaje de otoño está considerado inigualable.

La madera en América es muy importante por lo comercial que resulta, se la denomina  “satin walnut” o nogal satinado y se emplea en la fabricación de muebles es de un color pardo brillante con una pincelada rojiza muy interesante. Pertenece a la familia de las Hamamelidaceas, si puede ser que esto no os diga mucho pero un día os hablare del hamamelis mollis que es un arbustito poseedor de la rara facultad de florecer en pleno invierno y que me costó más de tres años encontrar. Hoy es un distinguido huésped de mi modesto y salvaje jardín. Nada más, deciros que al aparcar el coche al principio de la calle y mirar en un figurado horizonte al final de esta, tuvimos la sensación de ir caminando al lugar donde el sol reposaba cada tarde.

HACEDME EL FAVOR DE SER FELICES    KARRAS.