EL CIPRES

Cupressus Sempervirens. L

El eterno vigilante, el eterno incomprendido.

El 17 de junio del año 379 d.C., El rey Teodosio de Siria renovó la ley que protegía el bosque sagrado de Dafne (Fenicia). En el Codex Theodusianus (X, 1, 12) se insta al representante del rey en Antioquia a plantar nuevos cipreses en el lugar. La multa por robar un ciprés de dicho bosque era de unos 3kg de oro.

Desgraciadamente ese respeto a los cipreses que movía a nuestros ancestros desapareció con ellos. En nuestros días no es raro oír a la gente manifestar su antipatía por el ciprés al cual únicamente vinculan a los cementerios u otros sitios mortuorios. Nada más lejos de la verdad pocos son los que conocen que este árbol precisamente se plantaba en las casas como símbolo de bienvenida derivando con el tiempo a plantarse en los cementerios como puerta que abría los cielos, es decir la bienvenida al paraíso. 

Horacio comenta que los antiguos encerraban en la tumba de sus muertos una rama de ciprés y envolvían el cuerpo con sus hojas. Los griegos lo consideraban no solo como un símbolo funerario sino también de  belleza femenina. Los fenicios construían sus barcos con esta madera, también se suele citar una puerta de Constantinopla colocada en los tiempos de Constantino el Grande y que se hallaba en uso y perfectas condiciones 1100años después. Las puertas de la Catedral de San Pedro en Roma están hechas de ciprés y no muestran signos de deterioro después de 1200 años. El ciprés es un árbol excepcionalmente longevo. Algunos cipreses existen todavía en los baños termales del emperador Diocleciano y se dice que fueron plantados por el mismísimo escultor Miguel Ángel. La madera de ciprés por vieja que sea nunca es atacada por la carcoma y da un suavísimo olor.

El Ciprés puede crecer en condiciones benignas hasta 35 cm por año y lo hace por un periodo de más de 60 años. Se adapta a casi cualquier terreno excepto los muy arenosos y soporta bastante bien la escasez de agua no así los suelos encharcados, lógicamente no desprecia esta. Así pues podemos hablar de cipreses que superan los 35m algunos de los cuales os presento en este artículo. También es ideal como seto ya que es un excelente aislante acústico y es capaz de parar vientos de considerable intensidad. 

Según reza una leyenda griega existió un joven de tan extraordinaria belleza que Apolo se habría enamorado de él. Un ciervo sagrado era su compañero inseparable, y un día mientras el animal dormía, acostado a la sombra Cipariso (que así se llamaba) lanzó por equivocación su jabalina y le dio muerte. Desesperado, el joven rogó a los dioses que le permitieran llorarlo eternamente y éstos lo convirtieron en un ciprés. Apolo dijo entonces: “Yo te lloraré siempre. Tú llorarás por los demás y sentirás su dolor”. Desde entonces también se planta junto a las tumbas como signo de duelo. Acordaos la próxima vez que  veáis un ciprés que es un árbol que nos cuida nos da la bienvenida en cualquier lugar que esté plantado y…… comparte nuestro dolor.

Y para que no falte nada, según la mitología Celta soy Ciprés jajaja.

HACEDME EL FAVOR DE SER FELICES       KARRAS.