¡¡¡FELIZ CUMPLE XENA!!!

Como viene siendo normal en este blog, nadie avisa de los cumpleaños con antelación, así que, tenemos solo 30 minutillos para hacerla un regalito y un relato a esta terremoto de Xena, ¿Qué nos saldrá? No lo se, pero esperamos que la guste.

Su madre lo sabía desde el mismo momento en que la bebe abrió los ojos y comenzó a llorar con esos gritos tan estruendosos, estaba enfadada, muy enfadada porque la habían quitado de la comodidad de estar dentro del vientre de su madre. Allí, que tenía un cordón y un líquido donde colorear con sus dedos.

Sin embargo, su mamá, en vez de enfadarse ante tal estruendo, aun sudorosa y cansada por el esfuerzo del parto, la cogió entre sus brazos e intento calmarla, la pequeña, sin notar lo que estaba haciendo, movió el dedo sobre el pecho de su madre, dibujando un corazón.

La bebe, sintiéndose de nuevo protegida, se arrulló entre sus brazos y terminó durmiendo.

Eso mismo, hizo su madre con la bebe, durante su primer año de vida, por las noches, cuando la pequeña se quedaba exhausta ante tanta actividad, su madre la abrazaba y la dormía entre sus brazos, y Xena, se dedicaba a pintar sobre el lienzo del cuerpo de su mamá, siluetas con sus dedos. Así fue, como Xena, creció llena de amor, y llena de actividad y curiosidad por la vida.

Cuando empezó a hacerse mayor, se dio cuenta de lo dura que era la vida sin la protección que las mamás nos dan de pequeñas, ya no tenía el lienzo del cuerpo de su madre para dibujar un mundo de colores, ahora el lienzo, era su propia vida, desechó unos cuantos lienzos, mal pintados, elecciones mal tomadas.

Otros cuantos, los guardo con ella para siempre, estaban llenos de color, de alegría, de temperamento y felicidad.

Ella, siguió luchando y luchando por conseguir pintar el lienzo más bonito de todos... Hasta que un día al despertar, y sin saber como, sintió algo muy raro en su interior, era como una fuerza que la pedía continuar, salir de la cama, luchar, esforzarse, superar metas... No sabía que la pasaba, pero encendió su ordenador, y poco a poco, comenzó a reproducir en un pequeño lienzo informático, todo lo que por su mente pasaba.

Una muñeca, una sonrisa, un cabello negro y por aquí uno rubio, una pincelada de color, una por la nostalgia, una por la vida, una por la fuerza... Una por sus hijos, los que ya había traído al mundo, otra por su marido, otra por los amigos... Y poco a poco, después de una larga noche, un lienzo, y unas cuantas pinceladas, al amanecer, se dio cuenta de que había creado arte.

Así, siguió el resto de su vida, sacando de su mente esas pinceladas que daban luz a sus lienzos y que a la gente tanto gustaban.

Y una noche, se durmió, y al despertar, alguien había colocado todos sus lienzos en su cuarto, cerro los ojos ante la luz cegadora que producían,  y al volver a abrirlos, se dio cuenta de que habían dejado de brillar ante su inmenso dolor de cabeza.

Poco a poco, se levantó, y acercándose a sus obras, paso la mano por cada una de ellas contemplando con majestuosidad lo que había realizado, al oír las risas de sus hijos en el cuarto contiguo, Xena sonrió, y justo el lienzo por el que pasaba la mano, comenzó a iluminarse de nuevo.

Era el día de su cumpleaños, Xena estaba segura de que los que la querían se habrían acordado, así que sintiéndose feliz, salió al pasillo para encontrarse con su esposo que la preparaba el desayuno. Al abrir la puerta y verle, su sonrisa se hizo tan grande, que todos los lienzos del cuarto se iluminaron tras ella, haciéndola parecer una princesa de cuento.

Xena miró sus lienzos antes de cerrar la puerta e ir a abrazar a sus hijos que la felicitaban corriendo hacia ella para darla un abrazo, y la joven percibió, que ahora, al pasar sus manos por cualquiera de las paredes de su casa, estas también se iluminaban.

Al sentarse en su sofá preferido después de llevar a sus hijos al colegio, se dio cuenta de algo, que poca gente sabe "la vida, esta compuesta de pequeños lienzos a los que se les dan mil colores, o solo uno, el negro. Esta en nosotros ver la vida con lienzos alegres o tristes, y esta en nosotros llenar esos lienzos o dejarlos en blanco, pero no quiere decir que si un mal lienzo nos sale un día, el siguiente tenga que ser igual, la felicidad de un instante, endulza el resto de nuestras vidas de mil colores, solo hay que aprender a verla"

Xena, se levantó de su sofá y abrió de nuevo la puerta de su cuarto, sus lienzos allí colocados, y al observarlos se dio cuanta de que si miraba todos sus lienzos, no había creado más que la obra de su vida, porque al fín y al cabo, su vida es arte.

¡¡¡¡FELIZ CUMPLEAÑOS XENA!!!!