Arriba esos ánimos Piruja.

Bueno, muchos sabéis que Piruja está muy triste desde el otro día.

Ese día en el que Yesu, su gato siamés no pudo luchar más tiempo para detener el reloj de la vida.

Ellos, ahora, están perdidos el uno del otro pero, algún día se encontrarán en el mundo común que tenemos humanos y animales y volverán a abrazarse de nuevo.

Lo que no sé es si en ese mundo será Piruja la que diga MIAU o el gato, tal vez lo vea, tal vez yo ya ande por ahí apedreando gorriones, aunque lo más fácil sea que me estén apedreando a mí y sea yo el que diga Pío Pío.

No pasa nada.

La gente está contigo Piruja, lo sabes pero te lo recuerdo para que no se te olvide, muchos han sido los que han demostrado el afecto que te tienen lamentándose de tu pérdida y bueno, yo ya te dije. Necesitas otro gatito para que rellenes ese hueco.

Pero tampoco pasa nada, que no quieres un gatito, pues me callo.

Pero otorgo:

Espero que con este detallito valores que te queremos un montón.

"Querida mami Piruja:

Hoy, quería contarte un poquito de mi historia, aunque seguro que ya la sabes... A tu manera.

Yo era un lindo gatito que nació en una familia que le quería mucho, tal vez, mi mamá no fuera como yo esperaba, no decía miau, eso era raro, porque a veces me costaba un poquito entenderla, tampoco tiene cuatro patas, así que, cuando trepaba y corría por la casa, lo tuve que aprender solito, pero, ¿Quién espera la mamá que tiene? Yo sin duda no, pero fue y es la mejor.

Durante todos estos años, he crecido entre sus brazos, me ha arrullado y dado calor por las noches, a veces, era un poco travieso y la quitaba el sitio de la cama, ella a veces se enfadaba, pero se que en el fondo pensaba, que tenía una bonita manera de decirla que la quiero.

No se hablar, al menos, no como los humanos, pero cuando me acercaba a ella para que me diera cariño, significaba que yo también quería dárselo a ella.

Mami Piruja, seguramente ahora se te salten las lágrimas al recordarme, pero... Piensa en los momentos bonitos que hemos vivido. Eres una mamá distinta a la que me esperaba, y seguramente, yo era un hijo distinto al que esperas, tan distinto, que mis años pasan diferentes para los dos, por eso, ahora ya no puedo quedarme aquí contigo en la tierra, pero oye, que aquí arriba, uno se lo pasa fenomenal. Ayer conocí a Napoleón, a Bartolo, a los gatitos de Orthos y Tarja y a los de Karras también. Ellos están muy contentos de tenerme entre ellos. Estuvimos hablando de las mamás y los papás de la tierra, ¿Te pitaban los oídos?

Desde aquí arriba, tengo un bonito balcón, es en forma de algodón, salto de uno a otro, y me encantan esos saltos, además, me siento tan bien, hay juguetes de todo tipo, y seguro que por aquí encuentro algún ligue, mamá, ya te lo presentaré cuando subas dentro de mucho, mucho tiempo.

A veces, me asomo a una ventanita que tenemos y te miro, pero verte triste no me gusta, supongo que es normal, pero... Intenta sonreír un poco al leer esto, tienes gente a tu lado que te adora, y aunque por las noches, eches de menos mi calor... No te creas que me he ido, estoy ahí, a tu lado, porque tu corazón es tan  grande que allí me cobijo perfectamente.

Me has dado mucho, aunque no dijeras miau, tal vez, cuando subas aquí arriba, podrías aprender un poquito, me encantaría que entendieras que miau miau, significa que te quiero.

Un lametón mami, me llaman para irme a jugar, pero por fi, no estés triste, soy feliz.

Un besazo."