Que brillantes son algunos twitteros!!
Aquí os dejo un twitter que me pasó mi marido que consiste en una carta dirigida a la DESMOTIVACIÓN, si teneís unos cuantos minutos no dejarla de leerla porque hay tanto trabajo detrás de cada profesión que es necesario ponerlo encima de la mesa y hacerlo ver.
Esta carta le gustará a nuestra profe, porque ella es de las que se preparan sus clases, que desea tener el mejor material o el que mejor se ajuste a las necesidades que sus alumnos posean y llegarles la información que desea que retengan, eso bajo mi punto de vista es ser brillante porque velan por nuestro hijos, porque llegan a razonamientos lógicos y sean personas que sepan razonar, eso se consigue siempre que haya un buen profesional y mucha gente ese trabajo ahora lo echa por tierra y le importa tres pepinos si las clases se dan correctamente en la escuela pública .....
Un beso y os deseo un feliz domingo, esta carta es para reflexionar y valorar que hay RECORTES que son INTOLERABLES.
  
 
Esta carta le gustará a nuestra profe, porque ella es de las que se preparan sus clases, que desea tener el mejor material o el que mejor se ajuste a las necesidades que sus alumnos posean y llegarles la información que desea que retengan, eso bajo mi punto de vista es ser brillante porque velan por nuestro hijos, porque llegan a razonamientos lógicos y sean personas que sepan razonar, eso se consigue siempre que haya un buen profesional y mucha gente ese trabajo ahora lo echa por tierra y le importa tres pepinos si las clases se dan correctamente en la escuela pública .....
Querida desmotivación,
Te escribo desde la comunidad universitaria aunque, según me consta, 
este texto te podría llegar desde cualquier sector profesional.
Dicen que “al César lo que es del César” así que tengo que 
reconocerte que pocas veces te he sentido tan cerca como ahora. Además, y
 para que presumas de ello, también te cuento, pero no se lo digas a 
nadie, que este estado de ánimo no solamente me afecta a mí sino que lo 
veo a diario entre muchos de mis compañeros tras el cúmulo de injustas y
 desequilibradas medidas que se están tomando en los últimos tiempos.
Pero no amiga desmotivación, no solamente te hablo de maestros, 
bomberos, médicos, jueces, policías y demás pandilla de vagos 
funcionarios a los que ya era hora de meter en cintura por habernos 
llevado a la situación en la que se encuentra este país, sino también de
 cualquier otro trabajador perteneciente o no a la administración 
pública. A todos les estás ganando la partida.
Tranquila desmotivación, yo soy un hombre que le gusta respetar las 
reglas, me agraden o no, así que si mi obligación ahora es aumentar mis 
horas de estancia en la Universidad las aumentaré, si además me van a 
bajar el sueldo de nuevo (porque quitar una paga extraordinaria es eso, 
no nos equivoquemos) tendré que aguantarme y así iré cumpliendo una tras
 otra las obligaciones que me impongan los gobernantes que el pueblo 
español ha elegido democráticamente…
Sin embargo, querida desmotivación, en la Universidad hago a diario 
muchas cosas que no forman parte de mis obligaciones, que ocupan una 
tiempo importantísimo de mi jornada laboral y que además me suponen un 
gran esfuerzo, pero que estoy empezando a pensar en que no tiene mucho 
sentido seguir realizándolas… ¿es lo que quieres no?
Mira desmotivación, durante todo el año he estado preparando para que
 dé el salto al mundo de la investigación a un alumno interno de tercer 
curso que tiene una media en el expediente académico de 9.5, que le 
apasiona la Ciencia y que personalmente se está sacrificando muchísimo 
para poder labrarse un futuro en este mundo…pero como nadie me obliga a 
tener alumnos internos, ¿qué te parece si lo dejo tirado y le digo que 
se busque la vida en otro sitio… si es que lo encuentra? Anda y que 
estudie y nos deje a nosotros en paz en nuestros despachos que bastante 
tenemos con la que está cayendo…
¿Sabes? Desde que el grado donde imparto la mayor parte de mi 
docencia se puso en marcha, participo voluntariamente en el “Plan de 
tutorías” por el que cada año se me adjudican tres alumnos de primer 
curso a los que debo introducir en el mundo universitario y a los que 
tengo a mi cargo durante toda la carrera. Les intento aconsejar, 
orientar, resolver inquietudes, y muchas otras cosas. Sin embargo, visto
 lo visto, y ya que no forma parte de mis obligaciones, ¿cómo ves 
querida desmotivación que, una vez que ya me conocen y han depositado su
 confianza en mí, les diga que se busquen a otro que yo me he cansado de
 seguir dedicándoles horas? Que les orienten sus padres que yo estoy… 
desmotivado.
Por cierto desmotivación, ¿has oído hablar de los “Campamentos 
Científicos” de verano en los que gran cantidad de chavales de 
bachillerato pertenecientes a diversas regiones hacen una estancia en 
una universidad disfrutando como enanos durante quince días con los 
experimentos que ciertos profesores les preparan? Pues escucha tronca, 
el pasado mes de julio un servidor, junto con un compañero, sin 
obligación ninguna y con recompensa prácticamente cero, nos pasamos las 
calurosas tardes murcianas en una vacía universidad enseñándoles a esos 
chavales las cosas que hacemos en la máxima institución docente de este 
país para despertarles desde pequeños la curiosidad científica… ¿qué te 
parece desmotivación si mandamos a esos chicos a sus regiones de origen y
 que los aguanten en sus familias? Total no es mi obligación y yo al mes
 de Julio llego muy cansado así que lo hagan otros… si los encuentras.
Hay una cosa que no quiero que se me olvide amiga. Seguro que conoces
 el gran problema existente en la enseñanza de este país motivado por la
 falta de comunicación entre los profesores de Instituto y los de 
Universidad… y que luego se refleja en los malos resultados académicos 
de los alumnos. Pues bien, desde hace un tiempo participo en unos 
“Cursos de Promoción Educativa” en los que colaboramos profesores 
universitarios y de bachillerato para intentar poner en común nuestras 
experiencias y donde nosotros les explicamos lo que hacemos en nuestros 
laboratorios con el fin de que luego ellos se lo transmitan a sus 
alumnos para motivarlos. ¿Cómo verías que también renuncie a esa labor 
totalmente voluntaria y sin reconocimiento alguno? Total, no vamos a 
arreglar el problema entre unos cuantos y yo ya estoy muy mayor…
Uy, se me pasaba. Mira desmotivación, que digo que todos los años 
actualizo los apuntes que les doy a mis alumnos para que estén al día de
 los últimos avances relacionados con la docencia que imparto en 
diferentes asignaturas. Ello me obliga a hacer continuamente revisiones 
bibliográficas, cambios en los documentos que elaboro, nuevas 
presentaciones… pues que estoy pensando que tampoco pasa nada si no lo 
hago este año ni el siguiente ¿no? ¿Qué tal si lo dejo para cuando nos 
devuelvan lo que nos están recortando de aquí y allá? Total mi 
obligación es solamente dar clase y ahí estaré, con los apuntes del año 
del pele y utilizando las metodologías más arcaicas que recuerde… pero 
tranquila que estar de cuerpo presente en el aula estaré, que es lo 
único que cuenta…
Anda, se me olvidaba hablarte de mi labor de divulgación científica 
¿qué quieres que te diga amiga desmotivación? Ya sabemos que esto es 
cosa de unos pocos frikis y encima mal vistos así que estoy pensando que
 eso de dar a conocer a la sociedad los nuevos descubrimientos 
científicos pues como que no… quien quiera aprender que vaya a Salamanca
 que yo no estoy para perder el tiempo con tonterías…divulgar, 
divulgar…qué manía oiga.
Que digo que a mi departamento va a llegar una chica francesa para 
realizar una estancia de un año… y así el gobierno poder decir que 
investigadores de otros países vienen a España. Pues bien, debido a que 
uno da da la imagen de que puede con todo mi jefe ha decidido 
endosármela para que no solamente le ayude en el periodo de 
aclimatación, sino que además sea su tutor científico durante su 
estancia en nuestro país. Sin embargo he decidido, querida 
desmotivación, que como esto es a beneficio cero se la voy a pasar a 
otro compañero, pero nadie pica… pues nada, que se vaya a su país donde 
el salario mínimo es muy superior al nuestro y del IVA ni te cuento… una
 “no obligación” menos.
Y todo esto por no hablar de mi labor investigadora. Sí, ya sé que 
eso cuenta para los curriculum y los sexenios de investigación, pero no 
te equivoques amiga. Para conseguir un sexenio cada seis años no me hace
 falta dedicarle tantísimo tiempo a publicar artículos científicos, ni a
 dirigir trabajos fin de máster, ni a formar a nuevos doctores…por no 
hablar de la cantidad irrisoria que se cobra con cada uno de ellos.
Así que he decidido aflojar también el pistón en mis labores 
investigadoras y dejar paso a los jóvenes científicos que vienen 
empujando detrás con muchas ganas. ¡Ah no! espera, que por detrás no 
viene nadie. Que ellos, los que se suponía que iban a ser el futuro de 
la ciencia en este país, ya se desmoralizaron hace tiempo con toda la 
razón del mundo y tiraron la toalla…
Hablando de los jóvenes investigadores. Todos ellos se enfrentan, 
tras pasar meses en laboratorios haciendo sus trabajos fin de máster, 
tesinas y tesis doctorales, a tribunales de los que formamos parte 
muchos de nosotros, los vagos funcionarios profesores de Universidad. 
Siempre he pensado que es una falta de respeto tremenda no leerse 
detalladamente su trabajo antes de juzgarlo. Sin embargo, como eso lleva
 muchas horas, no es obligatorio y prácticamente nadie lo tiene en 
cuenta… tampoco pasa nada si les echo un vistazo por encima mientras 
desayuno ese mismo día y luego les digo a los chavales que lo han hecho 
fenomenal… ellos jamás lo sabrán. ¿Tú me entiendes no desmotivación?
Tengo que dejarte compañera porque hay un aparato de última 
generación valorado en millones de euros que está echando humo. Podría 
llamar al servicio técnico de la Universidad o a la casa comercial que 
nos lo vendió para que lo arreglaran pero como no hay dinero para 
pagarles somos los propios investigadores los responsables de su 
mantenimiento… pero a lo mejor lo dejo que se queme porque no es mi 
obligación y me bajo ya a casa que son las 21.00 h. y, tras 12 horas en 
la Universidad, una familia me espera.
¿Bueno qué? ¿Contentilla no? Pues no lo estés tanto señorita 
desmotivación porque te voy a contar una cosa. No conozco ni un 
compañero de trabajo que haga las labores que te he descrito por la 
ridícula remuneración económica que percibimos por alguna de ellas. 
Tampoco lo hacemos por reconocimiento profesional ni porque tenga el más
 mínimo peso en nuestro curriculum vitae y, como te he dicho, nada nos 
obliga a ello.
Sin embargo, y pesar del enorme trabajo que conllevan todas esas 
actividades ya que hay que pensarlas, diseñarlas, prepararlas, llevarlas
 a cabo, etc. las hacemos, y las vamos a seguir haciendo, porque, entre 
otras cosas, la gran mayoría de los profesionales de este país, ya sean 
funcionarios o no, pertenezcan a la administración pública o a la 
empresa privada, sí que tenemos eso que ustedes llaman “sentido de la 
responsabilidad” pero que no tienen ni repajolera idea de lo que es.
Lo siento desmotivación, ni conmigo ni con muchísima otra gente vas a
 poder así que vamos a seguir trabajando, jodidos, pero trabajando. Mi 
alumno interno no tiene la culpa de que haya irresponsables que te hayan
 invitado a nuestra fiesta, ni los chavales del bachillerato que vienen 
ilusionados todos los veranos a los “Campus científicos”, ni los 
profesores de secundaria de los “Cursos de Promoción Educativa”, ni mis 
alumnos de los grados de Biotecnología, Biología, Bioquímica y Ciencia y
 Tecnología de los Alimentos, ni sus padres, ni el resto de la sociedad…
 pero no sigáis apretando, ni tú ni tus instigadores, que os podéis 
llevar un susto muy grande.
Por mí, querida, ya te puedes ir por donde has venido y de paso das 
recuerdos en un sitio que yo me sé, y que tiene dos leones en la puerta 
que ya no son los que eran, para que te aplaudan enfervorizados todos 
aquellos políticos, pasados y presentes, que te han hecho un hueco en la
 vida de los españoles…
Pero recuerda, amiga desmotivación, que en Scientia, aunque seamos de
 los que pensamos que todavía tenemos más de “100 motivos para no 
cortarnos de un tajo las venas”, palmeros queremos los justos… así que 
no nos toquéis más las pelotas.
Un beso y os deseo un feliz domingo, esta carta es para reflexionar y valorar que hay RECORTES que son INTOLERABLES.
Con dos coj..... Si señor y no podran con nosotros. Cuando pasen estos años también seremos los encargados de recordar todo lo que nos han hecho a generaciones venideras para que no se repita nunca más. Y venceremos Amelia, con mucha lucha si pero lo lograremos, no te desmotives nunca. Un beso.
ResponderEliminarPor esta razón yo pienso dejar patente la situación actual. Es importante dejar reflejado la gran brillantez que existe en este pais. Que todos no somos sumisos, que desde nuestra humilde posición haremos todo lo posible porque prevalezcan los derechos sociales y humanos que hemos alcanzado a base de sudor y lagrimas. Un te quiero muy grande, me siento comprendida por ti, quiero que lo sepas. Que pena que gente de mi costilla ni flores ... Besos. Amelia.
EliminarNos va a costar pero nos sobran motivos para motivarnos, tan siquiera por las personas honradas, que somos más que los que merodean y medran para su propio beneficio en toda esta basura llamada crisis.
ResponderEliminarUn abrazo y buen post.
Ánimo.
No se si se quedan grabadas mis respuestas, es que ando con el iPad y no controlo mucho, pero te digo jefe como antes le dije a karras, que me siento muy comprendida por ti, que es un gusto saber y reconocer que hay mucha gente como nosotros que sabemos leer entre líneas y que no todo esta perdido, que todos sabemos disfrutar pero que ante temas serios como es nuestra situación actual se debe de exponer por ejemplo en nuestro blog cartas como estas de gente muy brillante que desenmascara todo tipo de declaraciones de cualquier mísero político, ya me da igual unís que otros, son iguales, basura, que pudiendo tomar decisiones buenas para la población lo que hacen es enriquecerse ellos mas.... Deplorable!!! Y eso hay que denunciarlo y yo es lo que hago. Un beso y gracias por dejarme. Amelia.
EliminarAinsss Amelia que empezaba a leerlo y pensaba, me voy a emocionar con lo que dice, y es que si, leches, que nos pasamos el día currando, y que me importa un pimiento lo que hagan el resto de profesores, porque estoy cansada de oír también cuando dicen que no todos son como yo y que claro... pues que les recorten... Pero mira, estoy orgullosa de levantarme temprano y hacer cosas para mis alumnos, llegar al cole con mucha antelación para prepararme los libros, ultimar fotocopias, etc. Y acostarme a las tantas porque tengo que darles una unidad didáctica y no hay nada adaptado para ellos...
ResponderEliminarOrgullosa de aguantar a un alumno en clase preguntarme mil veces la misma pregunta y responderle 1001 con una sonrisa porque no tiene la culpa de que a mi me bajen el sueldo.
Y al que me recorte el sueldo, me quite la paga, etc. Les digo lo mismo, que no es a mí a la que están afectando, porque yo me saque este carrera por los alumnos a los que daría clase y no por el sueldo que ni siquiera lo sabía. Es a la sociedad a la que afectan.
Pero si tengo claro, que yo abarco hasta un punto, y que ese punto tiene unas horas del día, porque tengo familia y vida social también, y que me hace gracia cuando hablan de las horas de trabajo que echamos en el colegio, pero nadie se preocupa de las que echamos en casa, que muchos otros trabajos, salen de sus ocho horas y se olvidan, otros no, como todo.
Y bueno, que habrá quien lo haga, pero cuando un alumno trabaja algo, quiero leerlo entero para ver si puedo ayudarle a enriquecerse más, me gusta buscar cosas alternativas a la que viene en el libro para motivarles, y lo único que hacen es ponernos trabas, y a veces la desmotivación entra en la mente y te dice deja ya de hacer el bobo, sobre todo cuando llegas a casa y oyes lindeces como "son funcionarios, vagos y maleantes, se lo merecen", pues me gustaría explicarles a mí, que ojala, por una milésima de segundo, ellos sintieran lo que siento yo al entrar en mi aula, y ver, que me faltan horas al día para atender a todos y que por ese motivo, en vez de avanzar hasta el 10, tendré que avanzar hasta el 3. Y ¿Quién lo paga? Los niños, que deberían ser inocentes en todo esto. Pero claro, el señor que recorta profesionales en un centro, que dice que puede haber mas alumnos por aula... no será aquel que sienta remordimientos al entrar al aula y ver que su horario da para atender a 5, y ¿Soy yo la que debe decidir que otros 10 se quedan sin atención?
Es mi duro, y tras todo trabajo hay una parte escondida, pero tengo claro que tras el mío, no hay máquinas, hay personas, hay niños, que se merecen que yo de más de las horas estipuladas por contrato, porque a mí, me hubiera gustado que lo hicieran conmigo si lo hubiera necesitado.
Un besazo.