Corazón de cebolla
Hoy jueves quiero regalaros esta reflexión bellísima, al menos lo es para mi, espero que os guste, va con mucho cariño para todos vosotros.
Había una vez un huerto lleno de hortalizas, árboles frutales y toda clase de plantas. Como todos los huertos, tenía mucha frescura y agrado. Por eso daba gusto sentarse a la sombrea de cualquier árbol a contemplar todo aquel verdor y a escuchar el canto de los pájaros. Pero de pronto, un buen día empezaron a nacer unas cebollas especiales.
Cada una tenía un color diferente: rojo,, amarillo,, naranja , morado........ El caso es que los colores eran irísados, deslumbrados, centellantes, como el color de una sonrisa o el color de un bonito recuerdo. Después de sesudas investigaciones sobre la causa de corazón ( porque también las cebollas tienen su propio corazón), una piedra preciosa.
Esta tenía un topacio, la otra una aguamarina, aquella una lapiziázuli, de las más allá una esmeralda....... ¡ Una verdadera maravilla !
Pero por una incomprensible razón se empezó a decir que aquello era peligroso, intolerante, inadecuado y hasta vergonzoso. Total, que las bellísimas cebollas tuvieron que empezar a esconder su piedra preciosa e íntima con capas y más capas, cada vez más oscuras y feas, para disimular como eran por dentro. Hasta empezaron a convertirse en unas cebollas de lo más vulgar.
Pasó entonces por allí un sabio, que gustaba sentarse a la sombra del huerto y sabía tanto que no entendía el lenguaje de las cebollas, y empezó a preguntarles una por una - ¿ Por qué no eres como eres por dentro ? Y ellas le iban respondiendo: - Me obligaron a ser así..... - Me fueron poniendo capas..... incluso yo me puse algunas para que no me dijeran..... Algunas cebollas tenían hasta diez capas, y ya ni se acordaban de por qué se pusieron las primeras capas. Y al final el sabio se echó a llorar. Y cuando la gente vio llorando, pensó que llorar ante las personas era propio de personas muy inteligentes. Por eso todo el mundo sigue llorando cuando una cebolla nos abre su corazón. Y así será hasta el fin del mundo.
Esta bella historia me encanto y me hizo pensar ¿ cuántos hemos permitido que nuestro corazón este escondido?
¿ y tú tienes corazón de cebolla?
Había una vez un huerto lleno de hortalizas, árboles frutales y toda clase de plantas. Como todos los huertos, tenía mucha frescura y agrado. Por eso daba gusto sentarse a la sombrea de cualquier árbol a contemplar todo aquel verdor y a escuchar el canto de los pájaros. Pero de pronto, un buen día empezaron a nacer unas cebollas especiales.
Cada una tenía un color diferente: rojo,, amarillo,, naranja , morado........ El caso es que los colores eran irísados, deslumbrados, centellantes, como el color de una sonrisa o el color de un bonito recuerdo. Después de sesudas investigaciones sobre la causa de corazón ( porque también las cebollas tienen su propio corazón), una piedra preciosa.
Esta tenía un topacio, la otra una aguamarina, aquella una lapiziázuli, de las más allá una esmeralda....... ¡ Una verdadera maravilla !
Pero por una incomprensible razón se empezó a decir que aquello era peligroso, intolerante, inadecuado y hasta vergonzoso. Total, que las bellísimas cebollas tuvieron que empezar a esconder su piedra preciosa e íntima con capas y más capas, cada vez más oscuras y feas, para disimular como eran por dentro. Hasta empezaron a convertirse en unas cebollas de lo más vulgar.
Pasó entonces por allí un sabio, que gustaba sentarse a la sombra del huerto y sabía tanto que no entendía el lenguaje de las cebollas, y empezó a preguntarles una por una - ¿ Por qué no eres como eres por dentro ? Y ellas le iban respondiendo: - Me obligaron a ser así..... - Me fueron poniendo capas..... incluso yo me puse algunas para que no me dijeran..... Algunas cebollas tenían hasta diez capas, y ya ni se acordaban de por qué se pusieron las primeras capas. Y al final el sabio se echó a llorar. Y cuando la gente vio llorando, pensó que llorar ante las personas era propio de personas muy inteligentes. Por eso todo el mundo sigue llorando cuando una cebolla nos abre su corazón. Y así será hasta el fin del mundo.
Esta bella historia me encanto y me hizo pensar ¿ cuántos hemos permitido que nuestro corazón este escondido?
¿ y tú tienes corazón de cebolla?
Hay veces que dejamos que el corazón se cubra de capas simplemente por no querer mostrar al mundo verdaderamente como somos... Y esas capas solo se abren ante las personas que crees que son buenas para tu vida. Pero, muchas veces, esas mismas personas a las que te abriste, son las mismas que te harán llorar.
ResponderEliminarUn besazo.
llorar quema calorías, es otra buena manera de adelgazar profe
EliminarCoincido con Tamara. Lo ideal sería mostrarnos como somos, pero en esta sociedad es un riesgo que puedes pagar muy caro. ¿Resultado? cada vez más gente infeliz. Pena de mundo. Bueno bueno que es viernes eh. Un beso Gemma
ResponderEliminarCierto Karras, no te puedes abrir a todo el mundo, ni siquiera a mucha gente, solo a poca y con todo y eso, te pueden dar el ostión.
Eliminarun abrazo
Pues sí pero pasa lo que pasa ir a cuerpo torero. Pero esta claro que cada persona es un mundo, menos mal que siempre tenemos un hombro donde apoyar y que jamás te defrauda, ahí de aquel que no lo tiene!!
ResponderEliminarYo tengo mi alma gemela mi prima Aurora que es mi segundo yo, siempre la digo que si hubiera sido tio me hubiera liado con él porque es que solo descolgar y escucharnos respirar o resoplar o sin hablar nada e intuir, es una cosa sorprendente.
Un besazo.amelia.
Hola amigos!!, me gusta la cebolla ,es buena para muchas cosas jajaja. Mi abuelo cuando veía una cebolla decía "ya he comido muchas crudas en el año 40, ahora comerla vosotros; mi darme comida".
ResponderEliminarNo hay que ponerse tantas capas, simplemente ser precavido. Hay que ir analizando a las personas, poquito a poquito te vas dando cuenta de como son. Hay que dosificar la información que das y ser un poquito intuitivo. Yo creo en la gente, creo que hay personas maravillosas por ahí volando en la red que están esperando a que las encuentres. A veces te das golpes pero de esos golpes aprendes a ser más fuerte y aprendes lecciones importantes para tu vida.
Amelia tener a alguién tan complice, tan amiga, tan compañera como tu prima es una suerte. Yo tengo a alguién que conocí por la red que sólo con escucharme un hola, con sólo escuchar mis silencios... sabe perfectamente lo que pienso, lo que opino, como me siento. Le pediría matrimonio si no estuviese ya comprometida.
Siempre optimistas, que hay gente maravillosa. Saludos D..
Me gustado Gema D..
ResponderEliminarMe alegro de que os haya gustado.
ResponderEliminarBsitosssssssssssss