¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡FELIZ ANIVERSARIO AMELIA!!!!!!!!!!!!!!!!!

Amelia era una chica soñadora.

Y lo sigue siendo, pero ahora está muy contenta, tiene muchos sueños cumplidos.

Es una chica de ciudad pero que soñó con vivir en el campo con su familia.

Un día, se perdió cuando cabalgaba en su corcel negro y no sabía por qué desvío del camino tomar, no recordaba haber pasado por ahí, ni por ningún lado, estaba un poco asustada.

Pero era intrépida y decidió cerrar los ojos y donde el caballo la llevase.

Al poco tiempo notó que se este se paraba y los abrió.

Casi se cae de la impresión.

Se encontraban en una pequeña loma que dominaba una gran extensión de terreno.

Grandes bosques, un bonito y tranquilo lago en medio y una casita en una isla del centro de dicho lago.

Se quedó maravillada y guió al caballo hasta la orilla del lago, lo fue rodeando pero no veía cómo acceder a la isla.

Amelia se desesperaba por momentos, tenía que llegar allí, era la isla de sus sueños, allí quería vivir y criar a sus hijos, al lado de su esposo. Un esposo, que aun no había encontrado, pero tal vez, con esa hermosa casa, lo encontraría.

Lloró desconsolada. Y decidió morir allí mismo, en la orilla, de pena.

Tanto lloro, y sus ojos tan húmedos estaban que no se dio cuenta de que sus lágrimas estaban haciendo un charco y que poco a poco, este se iba haciendo más grande.

No se dio cuenta de que el charco llegó al lago y que pronto ella empezaba a flotar sobre el.

Ella no se daba cuenta pero el charco se movía y se movía hacia la isla, era como mágico, el charco de lágrimas flotaba sobre el agua del lago.

Amelia de pronto notó un temblor, y un cambio debajo de sus piernas, y dejó de llorar al ver que el charco desaparecía, y en su lugar, parecía estar flotando en una nube.

Alzo los ojos, estaba en la isla de sus sueños.

Se levantó de un salto, no se preguntó ni siquiera cómo había llegado allí, el caso es que había llegado a la isla y ahora solo pensaba en ir hacia la casita.

Apenas había llegado a la puerta, cuando esta se abrió de repente y salió un hombre joven, bastante apuesto y que la sonreía.

• Bienvenida a mis tierras, forastera. Tuyas también pueden ser- fue lo que dijo el joven.

Amelia se lo pensó solamente 3 segundos.

• ¿Qué he de hacer?

• Casarte conmigo-dijo el joven, tan tranquilo.

Amelia, se lo pensó solamente 2 segundos. El joven le gustaba y era el de sus sueños, ¿Para qué desaprovechar la oportunidad?

• Solo una condición- dijo ella.

• Concedida- él parecía saberlo todo.

• Déjame elegir el nombre de nuestros hijos.

• Me alegras el día, no tenía pensado ninguno aún- se rascó la barba él, pensativo.

• Para eso son los sueños querido, para pensar....- susurró Amelia.

Desde ese día hasta ahora mismo, hace justamente 8 años de felicidad y de sueños realizados.

Y esperamos que siga así. 

Un abrazo y un trocito tarta para cada uno, no nos vendría mal, jejejeje.

Y aquí os dejamos también el otro regalito, nuestros deseos para el aniversario.